Autor/es: Rolando Goldman
Editorial: Ciccus
Edición: 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas: 176
Tamaño: 22,5 x 15,5 cm
Idioma: castellano
ISBN: 9789876937931

La cultura y el arte constituyen escenarios de disputa. Los sectores hegemónicos proponen modelos, ideas, representaciones sociales que, internalizados, puedan ser garantes de la continuidad del orden instituido. Las políticas pueden orientarse a los efectos de obtener consensos al servicio del control social y la dominación. O, en cambio, representar la vía que promueva la creación de herramientas para la producción cultural y el protagonismo colectivo en una perspectiva de transformación social.

Rolando Goldman propone la reivindicación de la política cultural por sobre la gestión cultural, ésta última, una terminología poco inocente que implica una pincelada supuestamente desideologizada en las políticas públicas. Camina y revive acciones que le dieron vida a esos principios: la cultura de todos y no para todos, la música y el teatro como fenómenos de creación popular y no trasladados como hechos ajenos a escenarios donde sólo hay espectadores estáticos.

Juan Falú analiza en el prólogo que “en tiempos de apogeo de los mandatos mediáticos, imperan formas sutiles y contundentes de colonización cultural de los pueblos”, y advierte que se busca “la supresión de la memoria colectiva”. Es en esa línea que el autor argumenta que “la memoria de los pueblos está determinada, entre muchos de sus aspectos, por la producción artística y cultural”.

¿Gestión cultural o política cultural? - Rolando Goldman - Libro

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Autor/es: Rolando Goldman
Editorial: Ciccus
Edición: 2019
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Páginas: 176
Tamaño: 22,5 x 15,5 cm
Idioma: castellano
ISBN: 9789876937931

La cultura y el arte constituyen escenarios de disputa. Los sectores hegemónicos proponen modelos, ideas, representaciones sociales que, internalizados, puedan ser garantes de la continuidad del orden instituido. Las políticas pueden orientarse a los efectos de obtener consensos al servicio del control social y la dominación. O, en cambio, representar la vía que promueva la creación de herramientas para la producción cultural y el protagonismo colectivo en una perspectiva de transformación social.

Rolando Goldman propone la reivindicación de la política cultural por sobre la gestión cultural, ésta última, una terminología poco inocente que implica una pincelada supuestamente desideologizada en las políticas públicas. Camina y revive acciones que le dieron vida a esos principios: la cultura de todos y no para todos, la música y el teatro como fenómenos de creación popular y no trasladados como hechos ajenos a escenarios donde sólo hay espectadores estáticos.

Juan Falú analiza en el prólogo que “en tiempos de apogeo de los mandatos mediáticos, imperan formas sutiles y contundentes de colonización cultural de los pueblos”, y advierte que se busca “la supresión de la memoria colectiva”. Es en esa línea que el autor argumenta que “la memoria de los pueblos está determinada, entre muchos de sus aspectos, por la producción artística y cultural”.