Autor/es: Michel Houellebecq
Editorial: Anagrama
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas:288 páginas
Tamaño: 14 x 22 cm.
ISBN: 9788433980229

Florent-Claude Labrouste tiene cuarenta y seis años, detesta su nombre y se medica con Captorix, un antidepresivo que libera serotonina y que tiene tres efectos adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia. Su periplo arranca en Almería –con un encuentro en una gasolinera con dos chicas que hubiera acabado de otra manera si protagonizasen una película romántica, o una pornográfica–, sigue por las calles de París y después por Normandía, donde los agricultores están en pie de guerra. Francia se hunde, la Unión Europea se hunde, la vida sin rumbo de Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sexo es una catástrofe. La cultura –ni siquiera Proust o Thomas Mann– no es una tabla de salvación. Florent-Claude descubre unos escabrosos vídeos pornográficos en los que aparece su novia japonesa, deja el trabajo y se va a vivir a un hotel. Deambula por la ciudad, visita bares, restaurantes y supermercados. Filosofa y despotrica. También repasa sus relaciones amorosas, marcadas siempre por el desastre, en ocasiones cómico y en otras patético (con una danesa que trabajaba en Londres en un bufete de abogados, con una aspirante a actriz que no llegó a triunfar y acabó leyendo textos de Blanchot por la radio...). Se reencuentra con un viejo amigo aristócrata, cuya vida parecía perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Y ese amigo le enseña a manejar un fusil... Nihilista lúcido, Michel Houellebecq construye un personaje y narrador desarraigado, obsesivo y autodestructivo, que escruta su propia vida y el mundo que le rodea con un humor áspero y una virulencia desgarradora. Serotonina demuestra que sigue siendo un cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible.

«Lo que me impide leer los libros de Houellebecq y ver las películas de Von Trier es una suerte de envidia. No es que les envidie su éxito, pero leer esos libros y ver esas películas sería un recordatorio de lo excelsa que puede ser una obra y lo muy inferior que es mi trabajo» (Karl Ove Knausgård).

Michel Houellebecq (1958) es poeta, ensayista y novelista. Ampliación del campo de batalla (1994) ganó el Prix Flore de primera novela y fue muy bien recibida por la crítica española. En mayo de 1998 recibió el Prix National des Lettres, otorgado por el Ministerio de Cultura. Su segunda novela, Las partículas elementales (Prix Novembre, Premio de los lectores de Les Inrockuptibles y mejor libro del año según la redación de Lire), fue muy celebrada y polémica, así como Plataforma, última entrega de su imprescindible tríptico de la condición humana de nuestro tiempo.

Serotonina - Michel Houellebecq - Libro

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Florent-Claude Labrouste tiene cuarenta y seis años, detesta su nombre y se medica con Captorix, un antidepresivo que libera serotonina y que tiene tres efectos adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia. Su periplo arranca en Almería –con un encuentro en una gasolinera con dos chicas que hubiera acabado de otra manera si protagonizasen una película romántica, o una pornográfica–, sigue por las calles de París y después por Normandía, donde los agricultores están en pie de guerra. Francia se hunde, la Unión Europea se hunde, la vida sin rumbo de Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sexo es una catástrofe. La cultura –ni siquiera Proust o Thomas Mann– no es una tabla de salvación. Florent-Claude descubre unos escabrosos vídeos pornográficos en los que aparece su novia japonesa, deja el trabajo y se va a vivir a un hotel. Deambula por la ciudad, visita bares, restaurantes y supermercados. Filosofa y despotrica. También repasa sus relaciones amorosas, marcadas siempre por el desastre, en ocasiones cómico y en otras patético (con una danesa que trabajaba en Londres en un bufete de abogados, con una aspirante a actriz que no llegó a triunfar y acabó leyendo textos de Blanchot por la radio...). Se reencuentra con un viejo amigo aristócrata, cuya vida parecía perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Y ese amigo le enseña a manejar un fusil... Nihilista lúcido, Michel Houellebecq construye un personaje y narrador desarraigado, obsesivo y autodestructivo, que escruta su propia vida y el mundo que le rodea con un humor áspero y una virulencia desgarradora. Serotonina demuestra que sigue siendo un cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible.

«Lo que me impide leer los libros de Houellebecq y ver las películas de Von Trier es una suerte de envidia. No es que les envidie su éxito, pero leer esos libros y ver esas películas sería un recordatorio de lo excelsa que puede ser una obra y lo muy inferior que es mi trabajo» (Karl Ove Knausgård).

Michel Houellebecq (1958) es poeta, ensayista y novelista. Ampliación del campo de batalla (1994) ganó el Prix Flore de primera novela y fue muy bien recibida por la crítica española. En mayo de 1998 recibió el Prix National des Lettres, otorgado por el Ministerio de Cultura. Su segunda novela, Las partículas elementales (Prix Novembre, Premio de los lectores de Les Inrockuptibles y mejor libro del año según la redación de Lire), fue muy celebrada y polémica, así como Plataforma, última entrega de su imprescindible tríptico de la condición humana de nuestro tiempo.