Autora: Violeta Hemsy de Gainza
Editorial: Barry
Edición: 2008
Encuadernación: rústica
Páginas: 55
Idioma: español

Encontramos en este método rasgos totalmente originales, propios de una pedagogía musical actualizada, presentando un enfoque psicopedagógico aplicado a la enseñanza instrumental.
El libro consta de pequeñas piecitas, ideales para la iniciación al piano, haciendo de esta primera etapa de aprendizaje un verdadero deleite. En encuestas realizadas por profesores para conocer la preferencia musical de los más pequeños, se ha podido constatar el éxito contundente de los chop-sticks.
Su nombre, tradicionalmente aplicado a piecitas que se han transmitido de generación en generación de manera práctica sobre el teclado, posiblemente alude al modo en que los dedos índice atacan las teclas: como si fueran palillos de comer arroz o baquetas de percusión.
Los Palitos chinos (chop-sticks) son un juego musical que resulta especialmente gratificante porque suenan bien, parecen música de verdad, de cierta relevancia. Poseen atracción musical asociada al desafío de cierta dificultad que invita a ser superada.
En una parte de la Introducción de este libro, su autora nos dice:
“Los “palitos” son piezas especialmente adecuadas para el aprestamiento musical del principiante. Al actuar directamente sobre el teclado, el niño ejercita su motricidad gruesa y fina. Practica cuentas y enumeraciones con las teclas, aprende en la práctica los códigos melódicos básicos (subir, bajar, repetir, cambiar de dirección), observa estructuras y, eventualmente, actúa para variarlas o modificarlas. También inventa ritmos y melodías y adquiere la experiencia básica del teclado, de su topografía. Desarrolla la observación inteligente y la capacidad de imitación conciente y se inicia, en fin, en el manejo de los códigos de graficación sonora.”
“El niño escucha realmente cómo suena lo que él hace sin estar preocupado o perturbado por condicionamientos de lectura o técnica musical. El trabajo libre y directo sobre el teclado constituye, a mi juicio, una condición esencial en el establecimiento y consolidación de una relación sana y natural con el instrumento y la música, donde afecto, cuerpo e intelecto forman un todo integrado”.
Violeta Hemsy de Gainza.

Palitos chinos - Para la iniciación al Piano - V. Hemsy de Gainza - Libro

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Autora: Violeta Hemsy de Gainza
Editorial: Barry
Edición: 2008
Encuadernación: rústica
Páginas: 55
Idioma: español

Encontramos en este método rasgos totalmente originales, propios de una pedagogía musical actualizada, presentando un enfoque psicopedagógico aplicado a la enseñanza instrumental.
El libro consta de pequeñas piecitas, ideales para la iniciación al piano, haciendo de esta primera etapa de aprendizaje un verdadero deleite. En encuestas realizadas por profesores para conocer la preferencia musical de los más pequeños, se ha podido constatar el éxito contundente de los chop-sticks.
Su nombre, tradicionalmente aplicado a piecitas que se han transmitido de generación en generación de manera práctica sobre el teclado, posiblemente alude al modo en que los dedos índice atacan las teclas: como si fueran palillos de comer arroz o baquetas de percusión.
Los Palitos chinos (chop-sticks) son un juego musical que resulta especialmente gratificante porque suenan bien, parecen música de verdad, de cierta relevancia. Poseen atracción musical asociada al desafío de cierta dificultad que invita a ser superada.
En una parte de la Introducción de este libro, su autora nos dice:
“Los “palitos” son piezas especialmente adecuadas para el aprestamiento musical del principiante. Al actuar directamente sobre el teclado, el niño ejercita su motricidad gruesa y fina. Practica cuentas y enumeraciones con las teclas, aprende en la práctica los códigos melódicos básicos (subir, bajar, repetir, cambiar de dirección), observa estructuras y, eventualmente, actúa para variarlas o modificarlas. También inventa ritmos y melodías y adquiere la experiencia básica del teclado, de su topografía. Desarrolla la observación inteligente y la capacidad de imitación conciente y se inicia, en fin, en el manejo de los códigos de graficación sonora.”
“El niño escucha realmente cómo suena lo que él hace sin estar preocupado o perturbado por condicionamientos de lectura o técnica musical. El trabajo libre y directo sobre el teclado constituye, a mi juicio, una condición esencial en el establecimiento y consolidación de una relación sana y natural con el instrumento y la música, donde afecto, cuerpo e intelecto forman un todo integrado”.
Violeta Hemsy de Gainza.