Autor/es: Juan Domingo Perón
Editorial: CS Ediciones
Edición: 2005
Encuadernación: rústica
Páginas: 248
Idioma: castellano
ISBN: 9789507642579

 El Justicialismo ha sido definido por su creador el General Perón como '...una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente Humanista'.
Una sólida y realista filosofía de la vida integral del hombre de Pueblo, que lo abarca en la dinámica histórica -cargado de cadenas en el pasado, encendido en la lucha vindicadora en el presente e integralmente realizado en el futuro-; filosofía de la vida total y auténtica del hombre.
De ahí que todo pensamiento humanista y verdaderamente cristiano, no pueda estar fuera de esta Doctrina que, por eso, ha logrado conglomerar una suma tal de voluntades que la han convertido en Doctrina Nacional, en programa de unidad nacional y en programa de unidad y reconciliación internacionales.
Esta Doctrina centra su preocupación en el hombre, en el hombre de Pueblo, en el trabajador, por ser un movimiento popular, de trabajadores.
De ahí que al Justicialismo, libre de prejuicios académicos, no sólo le interese conocer y analizar el pensamiento de los grandes filósofos, sino también rastrear en lo que sobre las cuestiones filosóficas pensaron los hombres de los sectores populares.
Esos pensamientos casi nunca alcanzaron ni una sistematización ni una difusión adecuadas, y si, en contados casos, llegaron a la sistematización, no lograron trascender, porque sus conceptos chocaban con los intereses creados.
La filosofía justicialista tiene bien presente que los problemas encarados por los filósofos profesionales adquieren características diferentes, de las que toman en la mente de los hombres de Pueblo. La filosofía profesional es, en general, abstrusa, unilateral, irreal, y 'muchas veces instrumento de engaños y divagaciones incontroladas'.
En los hombres de Pueblo la meditación, activa y práctica, se dedica a resolver los problemas de la lucha y del vivir cotidianos, resultando de ella enormes aportes al conocimiento objetivo de la sociedad y profundas enseñanzas sobre los grandes problemas subjetivos. Estos son los elementos de su filosofar que adquiere, casi siempre, carácter marcadamente humanista y social.
La lucha directa y la meditación, a la par de ella, constituyen la fuente original de las grandes ideaciones.

Filosofía peronista - Juan Domingo Perón - Libro

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Autor/es: Juan Domingo Perón
Editorial: CS Ediciones
Edición: 2005
Encuadernación: rústica
Páginas: 248
Idioma: castellano
ISBN: 9789507642579

 El Justicialismo ha sido definido por su creador el General Perón como '...una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente Humanista'.
Una sólida y realista filosofía de la vida integral del hombre de Pueblo, que lo abarca en la dinámica histórica -cargado de cadenas en el pasado, encendido en la lucha vindicadora en el presente e integralmente realizado en el futuro-; filosofía de la vida total y auténtica del hombre.
De ahí que todo pensamiento humanista y verdaderamente cristiano, no pueda estar fuera de esta Doctrina que, por eso, ha logrado conglomerar una suma tal de voluntades que la han convertido en Doctrina Nacional, en programa de unidad nacional y en programa de unidad y reconciliación internacionales.
Esta Doctrina centra su preocupación en el hombre, en el hombre de Pueblo, en el trabajador, por ser un movimiento popular, de trabajadores.
De ahí que al Justicialismo, libre de prejuicios académicos, no sólo le interese conocer y analizar el pensamiento de los grandes filósofos, sino también rastrear en lo que sobre las cuestiones filosóficas pensaron los hombres de los sectores populares.
Esos pensamientos casi nunca alcanzaron ni una sistematización ni una difusión adecuadas, y si, en contados casos, llegaron a la sistematización, no lograron trascender, porque sus conceptos chocaban con los intereses creados.
La filosofía justicialista tiene bien presente que los problemas encarados por los filósofos profesionales adquieren características diferentes, de las que toman en la mente de los hombres de Pueblo. La filosofía profesional es, en general, abstrusa, unilateral, irreal, y 'muchas veces instrumento de engaños y divagaciones incontroladas'.
En los hombres de Pueblo la meditación, activa y práctica, se dedica a resolver los problemas de la lucha y del vivir cotidianos, resultando de ella enormes aportes al conocimiento objetivo de la sociedad y profundas enseñanzas sobre los grandes problemas subjetivos. Estos son los elementos de su filosofar que adquiere, casi siempre, carácter marcadamente humanista y social.
La lucha directa y la meditación, a la par de ella, constituyen la fuente original de las grandes ideaciones.