Autor: Adriana Mancini
Editorial: Libraria
Edición: 2011
Encuadernación: Rústica
Páginas: 112 (68 fotografías)
Idioma: español
ISBN: 9789872640385

No podía faltar en la colección Los escritores van al cine un título dedicado a Adolfo Bioy Casares. Salvo en el caso de Manuel Puig, en ningún otro escritor argentino la imaginación narrativa está tan ligada al cine como en Bioy. Adriana Mancini  avanza entre la vida y el cine, la vida y la literatura, y nos revela estas relaciones a partir de dos conceptos que son frecuentes en sus escritos críticos: el amor y la vejez. Los hallazgos nos entregan una biografía al sesgo que poco tiene que ver con las Memorias de Bioy o con su monumental diario sobre Borges. La Rambla de Mar del Plata, las bataclanas que alguna vez deseó, las relaciones complejas con Horacio Quiroga, la devoción por Louise Brooks, la vejez y el pacto fáustico, Primera plana de Billy Wilder y la dictadura militar: todos esos acontecimientos diseñan una figura en el tapiz cuyo secreto velado –pero sugerido de diversas maneras por la autora– es la madre. La visión desde el cine de Mancini nos revela a un Bioy desconocido en lo ya sabido: sabíamos que amaba a las mujeres, pero ignorábamos la relación con su madre; sabíamos que el cine era para él un plan de evasión, pero no conocíamos el momento en el que el cine se encontró con la política en su forma más despiadada; sabíamos que iba todos los días al cine, pero no llegábamos a visualizar que se trataba  de “un oráculo privado”.

Una de las anécdotas que narra Mancini concluye con una frase reveladora: “El cine ya había modelado su capacidad de percepción de la realidad”. Tal vez ahí esté todo el misterio de Bioy y su relación con el cine: ir al cine para Bioy no era desplazarse hacia otro mundo, sino entrar en el propio.

Adriana Mancini es doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeña como docente e investigadora. Ha dictado seminarios y cursos en las universidades de La Plata, Venecia, Milán y Colonia. Tuvo a su cargo la edición de Walter Benjamin. Denkbilder. Epifanías en viajes (El Cuenco de Plata, 2011) y, en colaboración, la edición ilustrada de La ronda y el antifaz. Lecturas críticas sobre Silvina Ocampo (Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 2009).  Ha publicado el libro Silvina Ocampo. Escalas de pasión (Norma, 2003) y artículos sobre ficción argentina en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Actualmente, investiga acerca de la representación de la vejez y la muerte en la literatura argentina y latinoamericana.

ÍNDICE
Prólogo, de Gonzalo Aguilar

1. De espectador privilegiado a héroe de película: una vida entera
Esperar el fin del mundo
Esperar en la Rambla. Rastros para ver Psicosis de Hitchcock
Soñar lo real o la realidad de los sueños
Entre “bataclanas”
La atracción de las vamps
Un antecedente (en boga y chambón)
Entre una y [griega] y una i [latina]: un gran juego
Ya no más historias de amor (ni salas de cine)
Sueños diurnos: las mujeres y el amor o cómo
hacerle zancadillas a la muerte
Un héroe de película
A modo de coda

2. Relaciones de la literatura y el cine: un acercamiento de
lo fantástico a lo real
La invención de Morel: rigor, experimentación y algo más
La invención de Morel y sus desvíos en el cine
Sobre otras adaptaciones

3. El cine y la vida cotidiana
Casi oráculos, como los sueños (griegos)
Roma, La Plata, París, Londres. Ciudades y experiencia:
fotografía, literatura y cine
A modo de apéndice. Entre el placer y el pudor, el cine

Bioy Casares va al cine - Adriana Mancini - Libro

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Autor: Adriana Mancini
Editorial: Libraria
Edición: 2011
Encuadernación: Rústica
Páginas: 112 (68 fotografías)
Idioma: español
ISBN: 9789872640385

No podía faltar en la colección Los escritores van al cine un título dedicado a Adolfo Bioy Casares. Salvo en el caso de Manuel Puig, en ningún otro escritor argentino la imaginación narrativa está tan ligada al cine como en Bioy. Adriana Mancini  avanza entre la vida y el cine, la vida y la literatura, y nos revela estas relaciones a partir de dos conceptos que son frecuentes en sus escritos críticos: el amor y la vejez. Los hallazgos nos entregan una biografía al sesgo que poco tiene que ver con las Memorias de Bioy o con su monumental diario sobre Borges. La Rambla de Mar del Plata, las bataclanas que alguna vez deseó, las relaciones complejas con Horacio Quiroga, la devoción por Louise Brooks, la vejez y el pacto fáustico, Primera plana de Billy Wilder y la dictadura militar: todos esos acontecimientos diseñan una figura en el tapiz cuyo secreto velado –pero sugerido de diversas maneras por la autora– es la madre. La visión desde el cine de Mancini nos revela a un Bioy desconocido en lo ya sabido: sabíamos que amaba a las mujeres, pero ignorábamos la relación con su madre; sabíamos que el cine era para él un plan de evasión, pero no conocíamos el momento en el que el cine se encontró con la política en su forma más despiadada; sabíamos que iba todos los días al cine, pero no llegábamos a visualizar que se trataba  de “un oráculo privado”.

Una de las anécdotas que narra Mancini concluye con una frase reveladora: “El cine ya había modelado su capacidad de percepción de la realidad”. Tal vez ahí esté todo el misterio de Bioy y su relación con el cine: ir al cine para Bioy no era desplazarse hacia otro mundo, sino entrar en el propio.

Adriana Mancini es doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeña como docente e investigadora. Ha dictado seminarios y cursos en las universidades de La Plata, Venecia, Milán y Colonia. Tuvo a su cargo la edición de Walter Benjamin. Denkbilder. Epifanías en viajes (El Cuenco de Plata, 2011) y, en colaboración, la edición ilustrada de La ronda y el antifaz. Lecturas críticas sobre Silvina Ocampo (Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 2009).  Ha publicado el libro Silvina Ocampo. Escalas de pasión (Norma, 2003) y artículos sobre ficción argentina en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Actualmente, investiga acerca de la representación de la vejez y la muerte en la literatura argentina y latinoamericana.

ÍNDICE
Prólogo, de Gonzalo Aguilar

1. De espectador privilegiado a héroe de película: una vida entera
Esperar el fin del mundo
Esperar en la Rambla. Rastros para ver Psicosis de Hitchcock
Soñar lo real o la realidad de los sueños
Entre “bataclanas”
La atracción de las vamps
Un antecedente (en boga y chambón)
Entre una y [griega] y una i [latina]: un gran juego
Ya no más historias de amor (ni salas de cine)
Sueños diurnos: las mujeres y el amor o cómo
hacerle zancadillas a la muerte
Un héroe de película
A modo de coda

2. Relaciones de la literatura y el cine: un acercamiento de
lo fantástico a lo real
La invención de Morel: rigor, experimentación y algo más
La invención de Morel y sus desvíos en el cine
Sobre otras adaptaciones

3. El cine y la vida cotidiana
Casi oráculos, como los sueños (griegos)
Roma, La Plata, París, Londres. Ciudades y experiencia:
fotografía, literatura y cine
A modo de apéndice. Entre el placer y el pudor, el cine