Autor/es: Alain Badiou
Editorial: Prometeo
Edición: 2009
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas: 120
Idioma: castellano
ISBN: 9789875743397

Toda resistencia es, según Badiou, ruptura en el pensamiento, mediante el enunciado de lo que es la situación, y fundación de una posibilidad práctica abierta por este enunciado. Contrariamente a lo que se sostiene a menudo, no conviene creer que es el riesgo, muy grave en efecto, el que impide a muchos resistir. Por el contrario, es el no-pensamiento de la situación el que impide el riesgo, es decir, el examen de las posibilidades. No resistir es no pensar. No pensar es no arriesgarse a arriesgar. Hay que enunciar la situación por lo que ella es, en cada caso, y luego arriesgarse a que haya riesgos, y siempre los hay, grandes o pequeños, cuando el pensamiento abre posibilidades. Es por eso que hoy, cuando pensar que hay que pensar lo real de la situación se hace raro (pues el consenso que se celebra es el no-pensamiento como pensamiento único), podemos volvernos con agradecimiento hacia los resistentes. Como dijo Spinoza, "sólo los hombres libres son agradecidos los unos con los otros".

En este sentido, hay que entender por "metapolítica" los efectos que una filosofía puede extraer, en sí misma y para sí misma, del hecho de que las políticas reales sean precisamente pensamientos. La metapolítica se opone a la "filosofía política", para la cual, como las políticas no son pensamientos, es sólo al filósofo a quien corresponde pensar "lo" político. Así, el filósofo tendría un triple beneficio: en primer lugar, ser el analista y el pensador de esta objetividad brutal y confusa que es la empiricidad de las políticas reales; en segundo lugar, ser quien determina los principios de la buena política, de aquélla que se ajusta a las exigencias de la ética; y, en tercer lugar, no tener que ser, para hacer eso, el militante de ningún proceso político verdadero, de manera que podría aleccionar indefinidamente a lo real, en la modalidad que le es más cara: la del juicio.

Compendio de metapolítica - Alain Badiou

$16.200
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Autor/es: Alain Badiou
Editorial: Prometeo
Edición: 2009
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas: 120
Idioma: castellano
ISBN: 9789875743397

Toda resistencia es, según Badiou, ruptura en el pensamiento, mediante el enunciado de lo que es la situación, y fundación de una posibilidad práctica abierta por este enunciado. Contrariamente a lo que se sostiene a menudo, no conviene creer que es el riesgo, muy grave en efecto, el que impide a muchos resistir. Por el contrario, es el no-pensamiento de la situación el que impide el riesgo, es decir, el examen de las posibilidades. No resistir es no pensar. No pensar es no arriesgarse a arriesgar. Hay que enunciar la situación por lo que ella es, en cada caso, y luego arriesgarse a que haya riesgos, y siempre los hay, grandes o pequeños, cuando el pensamiento abre posibilidades. Es por eso que hoy, cuando pensar que hay que pensar lo real de la situación se hace raro (pues el consenso que se celebra es el no-pensamiento como pensamiento único), podemos volvernos con agradecimiento hacia los resistentes. Como dijo Spinoza, "sólo los hombres libres son agradecidos los unos con los otros".

En este sentido, hay que entender por "metapolítica" los efectos que una filosofía puede extraer, en sí misma y para sí misma, del hecho de que las políticas reales sean precisamente pensamientos. La metapolítica se opone a la "filosofía política", para la cual, como las políticas no son pensamientos, es sólo al filósofo a quien corresponde pensar "lo" político. Así, el filósofo tendría un triple beneficio: en primer lugar, ser el analista y el pensador de esta objetividad brutal y confusa que es la empiricidad de las políticas reales; en segundo lugar, ser quien determina los principios de la buena política, de aquélla que se ajusta a las exigencias de la ética; y, en tercer lugar, no tener que ser, para hacer eso, el militante de ningún proceso político verdadero, de manera que podría aleccionar indefinidamente a lo real, en la modalidad que le es más cara: la del juicio.